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  • Foto del escritorIglesia Cristiana Evangelica Tandil

Ateneo: Noviazgo y el Matrimonio



Introducción

Se hace necesario tratar el tema del Noviazgo y el Matrimonio, entre la juventud cristiana, aun desde temprana edad. En este tiempo en el que se vive tan contrariamente a las Escrituras. Se cumplen más que nunca las palabras de Isaías 5:20 “¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce y lo dulce por amargo!”

Es importante para los que están atravesando la adolescencia, para los jóvenes, para los que están de novios, como así también para los matrimonios, porque tienen que saber cómo formar a los que vienen detrás, a sus hijos. Quizá alguno piense que no es un tema a tratar en la iglesia, que ella solo se debe ocupar de la salvación del alma. Sin embargo, la Biblia habla de la forma de vida santa, limpia, en contraste con lo que se vive en nuestra sociedad actual. Por ello en la Iglesia, nuestros pastores y los encargados de los jóvenes tenemos la obligación de parte de Dios, (Ezequiel 44:23) de enseñar a hacer diferencia entre lo santo y lo que es del mundo, porque lo que nuestros jóvenes decidan en sus vidas en todos los aspectos y en este que estamos tratando, va a afectarles y traerles consecuencias positivas o negativas que beneficien o perjudiquen a sus vidas y las del pueblo de Dios. Es por ello la necesidad de advertirles a tiempo, para que no se equivoquen. Si han tenido la experiencia personal, un día con el Señor Jesús, entregándole el corazón para nacer espiritualmente de nuevo, van a querer seguir al Señor que nos dice: que seamos limpios en el cuerpo, en el alma y en el espíritu. El joven que quiere seguir las reglas de este mundo, de esta sociedad, no va a estar limpio en su cuerpo, ni en su interior. Tiene cada uno que analizar su experiencia profundamente con El Señor.

1)¿Qué concepto tenemos de la palabra “Noviazgo”?

“Novio” viene del latín y quiere decir nuevo…es decir son las nuevas relaciones amorosas mantenidas entre dos personas (hombre-mujer) con la posibilidad del matrimonio. En la Biblia aparece como “desposorio” y este término se encuentra en Mateo 1:18 y 19. José y María estaban, desposados es decir, comprometidos para casarse. Como entre ellos no habían tenido relaciones prematrimoniales (tal como Dios establece en Su Palabra), José quiso dejarla secretamente, cuando se enteró de que estaba embarazada. Hasta que luego de la aparición del ángel en sueño, Dios le muestra que el Niño que venía, era el Hijo de Dios Jesús, profetizado desde tantos años atrás, en Las Escrituras.

“¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?” 1° Corintios 6:19. Si somos templo del Espíritu Santo ¿cómo lo vamos a ensuciar con las inmundicias que hoy se cometen en la juventud? Por ello, ¡cuidado! no nos engañemos, dice en Romanos 12 ver. 2 “Y no os conforméis a este siglo; más reformaos por la renovación de vuestro entendimiento, para que experimentéis cual sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.”

2)¿Qué dice Dios del matrimonio?

Leamos en las siguientes citas:

“Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre este solo; hárele ayuda idónea para él,” Genesis 2:18

“El que halló esposa halló el bien, Y alcanzó la benevolencia de Jehová.” Proverbios 18:22

“La casa y las riquezas herencia son de los padres: Mas de Jehová la mujer prudente.” Proverbios 19:14

A través de ellos podemos arribar a las siguientes conclusiones:

· En la creación, todo había sido bueno (Génesis 1:31) hasta que el hombre estuvo solo.

· Es Dios quien provee la esposa y de quien viene la idea del matrimonio.

Dios tiene preparado para Sus hijos, en sus planes, el compañero/ra… ¿dejaremos que elija por nosotros? ¡Todo lo referido a nuestras vidas Dios lo tiene escrito en Su libro! “Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas…” Salmo 139 :16

Si así lo hacemos, hallaremos el bien, lo bueno, es decir: lo que es adecuado, justo, lo que puede ayudar, ser útil, provechoso. Ayuda idónea (Génesis 1:18), es una que requiere a las necesidades más íntimas.

3) ¿Como encontrar ese compañero/ra que Dios tiene preparado para cada uno de nosotros?

Elegir ¿por la vista?... “Y su padre y su madre le dijeron: ¿No hay mujer entre las hijas de tus hermanos, ni en todo mi pueblo, para que vayas tú á tomar mujer de los Filisteos incircuncisos? Y Samsón respondió á su padre: Tómamela por mujer, porque ésta agradó á mis ojos. Jueces 14:3

“Y Jehová respondió á Samuel: No mires á su parecer, ni á lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová mira no lo que el hombre mira; pues que el hombre mira lo que está delante de sus ojos, mas Jehová mira el corazón.”1° Samuel 16:7

O quizá… ¿por las emociones? Las emociones provienen del alma, y el alma se conturba fácilmente y se pega a lo terreno. Por lo que nuestras emociones no serán buenas consejeras. (Salmo 119:25 y Salmo 42:5)

¿O elegiremos por el corazón?:…engañoso es el corazón, más que todas las cosas…” Jeremías 17:9

En la Biblia, hay un ejemplo exitoso que haremos bien, en prestarle atención, se encuentra en Génesis 24.

Abraham (padre), Isaac (hijo), Rebeca(compañera) y Eliezer (criado) son los personajes que aparecen en esta historia y son figuras claras que nos pueden dejar ejemplo a través de cómo procedieron. Es fundamental que la elección sea entre un hijo y una hija de Dios (verso 3) (varón y mujer, única unión que Dios permite: Mateo 19:3 y 4) Isaac, dejó que su padre se la eligiera (verso 62 y 63) figura de lo que quiere hacer nuestro Padre celestial con nosotros. El criado Eliezer, es figura del Espíritu Santo quien lleva acabo el plan del Padre Dios. Isaac, se fue al campo a orar…y cuando regresó Eliezer de su largo viaje con Rebeca, Isaac la vio y la amó.

Tal vez pensemos que no quisiéramos que nuestros padres nos elijan a nuestra compañera o compañero. Esa era una costumbre de la antigüedad. Pero como hijos de Dios debemos recordar que Él es nuestro Padre Celestial y desea elegir por nosotros aquella compañía que será lo mejor, la bendición que enriquece realmente.

Mientras el Padre forma nuestra compañera o compañero, “vayamos al campo a orar”. Así como Isaac, descansemos y esperemos en El Señor, orando para no confundirnos, no dejándonos guiar por nuestra vista, emociones o corazón que no nos aprovecha sino buscando de todo nuestro corazón a Dios, poniendo nuestra delicia en El y así nos dará las peticiones de nuestro corazón, que así sea. (Salmo 37: 4) No tomemos las formas del mundo. Esas no son las que agradan a Dios. Reiteramos…Si seguimos esos modos, sólo añadiremos dolor y tristeza a nuestras vidas.

(Tema tratado en modalidad Ateneo, en reunión juvenil organizada por la ICE en Tandil, coordinada por la Hna. Edith M. de De Nardo, el día 17 de octubre de 2020.)

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