¿Hay alguna buena razón para empezar con el hábito de fumar? la misma ciencia del mundo nos ha demostrado, por numerosos estudios, que es totalmente perjudicial. Sabemos que el tabaco contiene nicotina: una sustancia “química venenosa y adictiva”, (así la describe el diccionario). Sabemos, también, las consecuencias fatales que ésta acarrea. La Biblia nos dice en Filipenses 4: 8 “Por lo demás, hermanos todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si alguna alabanza, en esto pensad.” Con este versículo, podríamos decir, que el fumar no estaría dentro de las conductas que Dios desea para Sus hijos.
Por lo dicho anteriormente, ¿Nos atreveríamos a enfermar y aun a poner en riesgo nuestra vida, sabiendo que Dios nos creó e hizo con pulmones sanos, para que disfrutáramos del aire limpio y le alabáramos aun con nuestra respiración? “Todo lo que respira alabe a JAH. Aleluya” Salmo 150:6
“Si pues coméis, o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo a gloria de Dios”. (1ª Corintios 10:31)
“Y todo lo que hacéis, sea de palabra, o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús...” (Colosenses 3:17) Pensando en estos versos ¿Puedo decir que, cuando fumo, lo estoy haciendo en nombre del Señor y para Su gloria?
“Porque es menester que todos nosotros parezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que hubiere hecho por medio del cuerpo, ora sea bueno o malo.” 2° Corintios 5: 10
Dios nos hizo con libre albedrío…pero cada elección tiene su consecuencia ¡cuidado!
Nosotros, los que un día entendimos que Dios dio a Su Único Hijo para ser salvos eternamente, deberíamos sentir la necesidad de agradecerle con nuestra vida siguiendo los preceptos que están en Su Palabra, sabiendo que en ellos tenemos bendición. Por ello haremos bien, en considerarlos y ponerlos por obra.
Finalmente, si alguien te pregunta: - ¿entrarías al templo, al lugar de culto, con un cigarrillo en la mano? - Seguramente que tu respuesta sería –¡NO! - Tal vez que ni se te ocurriría pensarlo, no sólo porque hoy no está permitido fumar en el interior de lugares públicos sino por una cuestión de respeto al lugar, a los creyentes que allí asisten y por supuesto a Dios. Sin embargo, tal vez puedas conservar entre tus costumbres el vicio del cigarrillo o hayas deseado probarlo en algún momento, sin darte cuenta que cada uno de nosotros, si hemos aceptado a Cristo como Salvador Personal, recibimos al Espíritu Santo en nuestros corazones y nuestros cuerpos se convierten en templo de Dios. Así lo leemos en 1ª. Corintios 6:20 “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?
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