“QUÉ BUEN DÍA ES HOY…”
A mi Jesús Salvador quiero ver,
Viene un día con todo poder,
Desde las nubes Su pueblo a llamar.
¡Oh qué glorioso gran día será!
Coro:
¡Qué buen día es hoy
para ir con El Señor!
¡Qué gran día es hoy
para ver al Salvador!
Subiremos con Él, a la gloria celestial
dejaremos aquí, esta vida terrenal.
¡Qué buen día es hoy!
¡Si nos viene a buscar!
¡Qué gran día es hoy!
¡Si nos lleva aquel hogar!
Yo no sé cuándo será,
pero Él no tardará,
¡Oh qué gran día será para mí!
Todo apunta a Su pronto venir
Dios prometió y Él ha de cumplir
Nadie ni nada le puede impedir.
Ven Jesucristo, mi anhelo es ir
Himno de alabanza: autor Frank Garlok
*Se puede escuchar este himno en nuestra sección de Alabanzas > Grabaciones
*O bien haciendo clic en el siguiente enlace:
https://soundcloud.com/iglesia-cristiana-evangelica-tandil/que-buen-dia-es-hoy
Al escuchar este himno por primera vez, me pregunté: ¿si realmente era un buen día para que El Señor me viniera a buscar? Ya que eso implicaba saber, si estaba preparado, limpio, a cuentas con mi Señor…si había realizado todas las buenas obras que Él me había preparado (Efesios 2: 10 - 1°Pedro 1: 2 y 3) Si le estaba esperando y velando como Él realmente quería.
También miraba que esta expresión del himno que se repite: “Buen día,” nosotros la usamos para saludarnos, para desearnos que nos vaya bien o la utilizamos para decir que quizá sea “un buen día” cuando se acabe tal o cual problema, o cuando nos suceda tal o cual deseo que tenemos…
Sin embargo, sabemos que es el último tiempo y que las señales lo demuestran (Mateo 24) La promesa de que el Señor Jesús vendrá a buscar a Su Iglesia, está a las puertas:
“El que da testimonio de estas cosas, dice: Ciertamente vengo en breve…” (Apocalipsis 22: 20)
“Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven…” (Apocalipsis 22:17)
¿Será esta mi respuesta? Entonces me estaré ocupando en prepararme: “…como una esposa ataviada para su marido.” Apocalipsis 21:2
Así dice claramente en el pasaje de Efesios 5: 25 a 27, cómo quiere encontrarnos: “sin mancha, sin arruga, ni cosa semejante; sino que fuese santa…” “Para presentársela gloriosa para sí…”
Digámosle en oración esto: “quiero estar así: ¡glorioso/a! y no menos por amor a ti, Señor.”
Entonces, el Señor responderá: “…Muéstrame tu rostro, Hazme oír tu voz; porque dulce es la voz tuya, y hermoso tu aspecto.”Cantares 2: 14
Si este es mi deseo, el de prepararme cada día, sentiré estas palabras por parte del Señor, en oración y al leer Su Palabra. ¡Que me deje lavar “en el lavacro de Su Palabra”! (Efesios 5: 26)
De lo contrario “sentiré lo terreno” como dice en Filipenses 3: 19. También, nos quiere adornar, como dice en Isaías 61: 10
“En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió de vestidos de salud, rodeóme de manto de justicia, como á novio me atavió, y como á novia compuesta de sus joyas.”
Por aquellas buenas obras que realice, me quiere premiar, galardonar y embellecer en Su presencia.
“¿A quién tengo yo en los cielos? Y fuera de ti nada deseo en la tierra”. Salmo 73:25
Que le desee más que a nada, en este mundo, como el salmista. ¡Cuántas veces no es así! Y no me encuentro en comunión o cerca de Él sino por el contrario, estoy alejado de Él, orgulloso, creyéndome algo que no soy…
“…y no conoces que tú eres un cuitado y miserable y pobre y ciego y desnudo;” Apocalipsis 3:17
“Yo te amonesto que de mí compres oro afinado en fuego, para que seas hecho rico, y seas vestido de vestiduras blancas, para que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas.” (18)
Sólo El Señor nos conoce y puede obrar el cambio que necesitamos, para que sea “un buen día”, cada día, para encontrarnos con Él.
“Jehová en medio de ti, poderoso, él salvará; gozaráse sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cantar.” Sofonías 3:17
Puedo hoy mismo, comenzar a vivir este gozo del cielo, buscándole en verdad, preparándome para aquel día, gozándome en Su Presencia. Que así sea.
"En todo tiempo sean blancos tus vestidos, y nunca falte ungüento sobre tu cabeza." Eclesiastés 9: 8
La Redacción
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